La brujería y santería se han movido por todos los lugares y posiciones políticos-criminales del mundo. Después de una exhaustiva investigación que duró más de un año y medio, las autoridades lograron descifrar el inusual y perturbador ‘modus operandi’ del infame grupo delictivo conocido como ‘Robledo’, que operaba en la ciudad de Medellín, capital del departamento colombiano de Antioquía. El grupo, cuyas actividades fueron detalladas en un reciente informe de la revista Semana, empleaba técnicas de brujería y santería para llevar a cabo sus crímenes y evadir a la justicia.
Esta organización criminal, estructurada casi como una empresa legal, contaba con aproximadamente 170 miembros y generaba ganancias mensuales de cerca de 120.000 dólares. Sus actividades ilegales incluían desapariciones forzadas, homicidios, tráfico de drogas y extorsión.
Un líder oculto en las sombras
El cerebro detrás de esta banda, un hombre de 43 años identificado con el alias de ‘la Bruja’, se desplazaba en silla de ruedas, lo cual no le impedía dirigir con mano de hierro todas las operaciones del grupo. La investigación reveló que este líder consultaba regularmente las cartas y realizaba rituales de santería para prever posibles riesgos y guiar las decisiones de la organización, evitando así caer en manos de las autoridades.
Brujería y santería al servicio del crimen
Durante un operativo realizado por la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, se encontraron en la residencia de la Bruja varios objetos y sustancias utilizados en rituales de brujería y santería. “Él toma decisiones basadas en estos rituales y aconseja al grupo en función de lo que le indican”, explicó a Semana una fuente cercana a la organización.
El escondite de la Bruja fue finalmente revelado tras una serie de conflictos internos dentro del grupo, relacionados con el control del tráfico de drogas. Según testimonios, la Bruja habría ordenado el asesinato de uno de sus propios hombres en un ritual ligado a la santería. “Esa noche, se vistió con una toga negra, bebió en exceso y llevó a cabo el crimen”, relató la fuente.
El final de la Bruja
Además, se descubrió que los miembros de la organización Robledo utilizaban la santería no solo para evitar enfrentamientos con otras bandas, sino también para atravesar con seguridad las zonas más peligrosas de Medellín. Llegaban a realizar “pactos de sangre” con otros delincuentes para asegurar que no se invadieran sus territorios.
El desenlace llegó cuando la Policía arrestó a la Bruja junto a 24 de sus cómplices. En un intento desesperado por evitar que las autoridades accedieran a información comprometedora, el líder criminal lanzó su teléfono móvil desde el balcón de su apartamento en el piso 25. Sin embargo, esto no fue suficiente para detener el colapso de su imperio criminal.
