Por Efrain Osorio (FB).-
Ty Cobb, envuelto en un escándalo de apuestas en el beisbol, está en el Salón de la Fama.
Tris Speaker, en un caso similar al “Durazno de Georgia”, también está en el templo de Cooperstown.
Orlando Cepeda y Fergunson Jenkis, fueron traficantes de drogas y están en el Salón de la Fama.
Bud Selig, el mayor impulsor de los esteroides en los 90’s, también está en Cooperstown.
Sin embargo, Pete Rose –el hombre que marcó un antes y un después en la historia del beisbol–, partió de este mundo terrenal sin su mayor deseo de ingresar a Coopertstown, aún y cuando pidió perdón y lloró al aceptar el tema de las apuestas (cosa que Cobb y Speaker siempre negaron a pesar de ser descubiertos).
Grandes Ligas vive en la oscuridad y en una doble moral ramplona producto de intereses y un mundo hipócrita.
No tiene madre lo que MLB le hizo a Pete Rose y NUNCA ME VOY A CALLAR porque este señor nos inspiró a millones en el mundo a jugar y enamorarnos profundamente del beisbol.
Pete Rose, para mi tu siempre serás el mejor pelotero que he visto en el terreno de juego y este escrito va para ti hasta hasta el más allá, donde algún día nos veremos.
Bajo el cielo de los campos,
se alzaba su figura….
Pete Rose, con su bate,
marcaba la escritura.
Fue un pelotero que dominaba el juego
con fervor y sin medida.
En cada base tocada
dejaba parte de su vida.
Por las bases como relámpago,
su intensidad ardía….
Un fuego que en el campo
nunca se extinguía.
Oh cruel destino, en un salón vacío,
su eco resuena.
Fuera del templo sagrado,
la historia parece ajena.
Un gigante entre titanes,
en la lista él no figura,
por apuestas y errores,
sufrió la dura censura.
Aún así, su amor por el beisbol,
puro y sin par….
En cada entrada y cada out,
se podía palpitar.
Jugaba con alma y corazón,
en cada lanzamiento,
su pasión era palpable,
sin un solo lamento.
Así recordamos a Pete Rose,
con respeto y admiración,
por sus logros y su espíritu,
merecedor de ovación.





