La productividad es un reto diario que todos enfrentamos, ya sea en el trabajo o en nuestras actividades cotidianas. Sin embargo, lo que muchos no saben es que existen hábitos que podrían estar saboteando su propio rendimiento sin siquiera darse cuenta. En un revelador artículo reciente, la neurocientífica Mithu Storoni presentó una estrategia para mejorar la productividad que está respaldada por la neurociencia y tiene el poder de transformar nuestra forma de trabajar sin mayor esfuerzo.
La neurociencia detrás de la productividad
Storoni afirma que trabajar durante largos periodos de tiempo sin pausas adecuadas lleva a lo que ella denomina “cansancio mental”. Este estado, que muchos de nosotros experimentamos a diario, se caracteriza por una disminución progresiva de nuestras capacidades cognitivas. El cerebro humano no está diseñado para mantener altos niveles de concentración durante más de 90 minutos de forma continua. Cuando lo intentamos, nuestro rendimiento comienza a desplomarse y, con él, nuestra productividad.
A lo largo de investigaciones previas, se ha demostrado que este agotamiento mental afecta no solo el desempeño en tareas cognitivas, sino también en actividades que requieren toma de decisiones rápidas y precisas. Peor aún, el cansancio acumulado puede provocar errores, tanto en entornos laborales como en la vida diaria, llevando incluso a accidentes y problemas de salud.
Estrategia para mejorar la productividad
La solución que propone Storoni es tan simple como reveladora: programar sesiones de trabajo de 90 minutos. No obstante, ella recalca que este periodo debe adaptarse según el estado físico y mental de cada individuo, así como el tipo de trabajo que se esté realizando. En lugar de buscar mantenernos activos durante largas horas, se trata de aprovechar de manera eficiente las capacidades del cerebro en lapsos cortos.
Storoni aconseja comenzar cada sesión con las tareas más difíciles durante los primeros 20 minutos, aprovechando así el máximo nivel de enfoque. Posteriormente, recomienda destinar los 40 a 60 minutos restantes para actividades más sencillas o repetitivas. Una vez completada esta fase, es fundamental tomar un descanso de 10 minutos, para luego reiniciar el ciclo.
El límite del trabajo mental
La neurocientífica es enfática en que la mente tiene un límite, y ese límite es de aproximadamente cuatro horas de trabajo intenso al día. Superar este umbral no solo disminuye el rendimiento, sino que puede llevar a una fatiga acumulada que ni siquiera el sueño es capaz de reparar por completo. En otras palabras, mientras más fuerzas tu cerebro a rendir por encima de sus capacidades naturales, más estarás saboteando tu propia productividad.
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Si alguna vez has sentido que tu mente sigue cansada al día siguiente de una jornada agotadora, Storoni explica que es justamente por esa fatiga no resuelta. Y no es casualidad que cada vez más personas en el mundo laboral moderno reporten sentirse mentalmente exhaustas, afectando tanto su bienestar como el resultado de su trabajo.
El secreto para una productividad sostenible
La clave, según Storoni, está en trabajar de manera inteligente, no más duro. Las pausas estratégicas, un enfoque en las tareas más desafiantes al inicio y la limitación de horas de trabajo mental pueden ser la solución que necesitas para mantener tu mente fresca y tus resultados óptimos. Esta estrategia para mejorar la productividad ha demostrado que, al respetar los ciclos naturales de concentración y descanso del cerebro, no solo serás más productivo, sino que también evitarás caer en el temido agotamiento mental que afecta a tantas personas.
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