El Papa Francisco, primer líder de la Iglesia Católica proveniente de Latinoamérica, quien conquistó los corazones de millones con su autenticidad y constante dedicación a los más necesitados, ha fallecido este lunes a los 88 años de edad, dejando un vacío inmenso en una institución que él mismo ayudó a renovar profundamente.
“Esta mañana a las 7:35 (horario italiano), el Santo Padre, Papa Francisco, ha retornado a la casa del Señor. Su existencia entera fue consagrada al servicio de Dios y su pueblo”, comunicó el cardenal Kevin Ferrell desde la residencia de Santa Marta, donde el Papa Francisco decidió vivir rechazando los lujos del Palacio Apostólico.
El repique de campanas se extendió por todos los rincones de Roma anunciando la triste noticia que marca el final de un pontificado que revolucionó la Iglesia Católica desde sus cimientos.
El Papa Francisco, quien arrastraba problemas pulmonares crónicos desde su juventud, había ingresado al hospital Gemelli el 14 de febrero de 2025 por complicaciones respiratorias que derivaron en una neumonía de carácter bilateral. Después de permanecer hospitalizado durante 38 días —la internación más prolongada de sus doce años como pontífice— sorprendió al mundo al aparecer públicamente el Domingo de Pascua para impartir su bendición y realizar un recorrido en papamóvil, apenas un día antes de su partida definitiva.
– El Papa Francisco: Un líder que revolucionó el Vaticano –
Desde aquel “Buenas noches” con que saludó al mundo tras su elección, el Papa Francisco estableció un estilo completamente nuevo para su pontificado, privilegiando la cercanía y sencillez frente a los protocolos y formalismos tradicionales en una Iglesia que intentaba recuperarse de numerosas crisis.
El argentino Jorge Mario Bergoglio trajo consigo una renovación esperanzadora a una institución bimilenaria cuya relevancia parecía disminuir tras el complicado periodo de Benedicto XVI, cuya histórica dimisión abrió las puertas a la llegada del Papa Francisco.
Sin embargo, el nuevo pontífice pronto encontró sus propios desafíos, generando resistencia entre sectores tradicionalistas por su enfoque pastoral innovador, su mano tendida hacia la comunidad LGBTQ+ y sus decisiones firmes contra el conservadurismo extremo.
Su momento más difícil llegó cuando debió enfrentar el escándalo de abusos clericales en Chile durante 2018, una crisis que evidenció problemas estructurales heredados de administraciones anteriores.
Posteriormente, el Papa Francisco, reconocido por sus constantes viajes apostólicos, tuvo que liderar una religión universal desde los confines del Vaticano durante la pandemia de coronavirus, circunstancia sin precedentes en la historia moderna.
El Papa Francisco exhortó repetidamente a aprovechar la crisis sanitaria como una oportunidad para replantear los sistemas económicos y políticos globales que, según su visión, habían creado brechas insalvables entre privilegiados y desfavorecidos.
– El Papa Francisco como impulsor de cambios profundos –
El Papa Francisco asumió con el compromiso de reformar las estructuras administrativas y financieras vaticanas, pero su impacto fue mucho más allá, revitalizando la Iglesia sin modificar sus dogmas fundamentales.
“¿Quién soy yo para juzgar?”, expresó al ser cuestionado sobre la situación de personas homosexuales en la Iglesia.
Esta declaración envió un mensaje inclusivo a la comunidad LGBTQ+ y a todos aquellos que se sentían excluidos por una institución que había priorizado determinadas normas morales por encima del mensaje evangélico de amor universal.
“La homosexualidad no constituye un delito”, afirmó en entrevista con Associated Press en 2023, condenando las legislaciones que criminalizan esta orientación sexual en diversos países.
Al situar la misericordia por encima del rigorismo moral, el Papa Francisco modificó la doctrina eclesiástica sobre la pena de muerte, declarándola inaceptable bajo cualquier circunstancia. También transformó la postura tradicional al proclamar que la simple posesión de armamento nuclear —no únicamente su utilización— resultaba moralmente reprobable.
Entre otros logros significativos, el Papa Francisco alcanzó un histórico acuerdo con China sobre nombramientos episcopales tras décadas de tensiones, se convirtió en el primer pontífice en sostener un encuentro oficial con un patriarca ortodoxo ruso y estableció puentes con el mundo islámico al visitar territorios como Arabia Saudita e Irak, donde ningún papa había estado antes.
El Papa Francisco mantuvo la posición tradicional sobre el sacerdocio masculino célibe y reafirmó la oposición católica al aborto, práctica que describió como equivalente a “contratar un asesino para resolver un problema”.
– El Papa Francisco y su compromiso con las mujeres –
El Papa Francisco nombró a numerosas mujeres en puestos clave de responsabilidad dentro del Vaticano y amplió sus funciones litúrgicas en las comunidades parroquiales. Además, otorgó a las mujeres derecho a voto en asambleas sinodales, respondiendo a críticas históricas sobre su participación mayoritaria en labores eclesiásticas sin correspondiente representación en órganos decisorios.
La hermana Nathalie Becquart, designada por el Papa Francisco para uno de los cargos más relevantes en la curia romana, señaló que el mayor legado del pontífice consistió en promover una visión eclesial donde hombres y mujeres colaboraran desde el respeto mutuo y la complementariedad.
“Su objetivo era transformar un modelo basado en el dominio —del ser humano sobre la naturaleza, del varón sobre la mujer— hacia un paradigma de cooperación genuina”, explicó Becquart, primera mujer con derecho a voto en una asamblea sinodal vaticana.
Aunque el Papa Francisco no autorizó el acceso femenino al orden sacerdotal, sus reformas constituyeron un giro revolucionario al enfatizar que la Iglesia Católica debía acoger a “todos, todos, todos” sin convertirse en un club exclusivo para privilegiados.
Refugiados, personas sin hogar, reclusos y marginados ocuparon un lugar preferente en su atención pastoral, incluso por encima de líderes políticos o magnates empresariales.
“Para el Papa Francisco, la prioridad siempre fue extender los brazos acogedores de la Iglesia hacia cualquier persona, sin discriminación alguna”, destacó el cardenal Kevin Farrell, designado por el pontífice como camarlengo, responsable de gestionar la transición tras el fallecimiento papal.
El Papa Francisco insistió constantemente a sus obispos sobre la necesidad de mostrar misericordia hacia los fieles, urgió a la comunidad internacional a proteger el medio ambiente frente a la crisis climática y desafió a los gobiernos a recibir dignamente a quienes escapan de conflictos bélicos, situaciones de pobreza extrema u opresión política.
Tras su visita apostólica a México en 2016, el Papa Francisco comentó respecto al entonces candidato presidencial estadounidense Donald Trump que “quien piensa solamente en construir muros en lugar de puentes no es cristiano”.
Mientras los sectores progresistas celebraban el énfasis del Papa Francisco en la inclusión y la misericordia, los grupos tradicionalistas expresaron preocupación ante lo que consideraban una dilución de la doctrina católica tradicional. Algunos críticos llegaron incluso a acusarlo de herejía.
– El Papa Francisco: Un estilo de vida consecuente –
El Papa Francisco residió en la Casa Santa Marta en lugar del majestuoso Palacio Apostólico, conservó sus viejos zapatos ortopédicos desechando los lujosos mocasines rojos tradicionales y utilizó automóviles compactos en vez de lujosas limusinas, enviando un mensaje inequívoco a la jerarquía eclesiástica sobre la austeridad evangélica.
“Veo con claridad que lo primordial para la Iglesia hoy es sanar heridas y calentar corazones”, confesó a la revista jesuita La Civiltà Cattolica en 2013. “La Iglesia debe comportarse como un hospital de campaña después de la batalla”.
Además de convertirse en el primer jesuita y latinoamericano en ocupar la Silla de Pedro, fue también el primer pontífice en adoptar el nombre de Francisco en honor al santo de Asís, religioso medieval conocido por su humildad, su mensaje pacificador y su especial sensibilidad hacia los excluidos y la naturaleza.
El Papa Francisco dedicó especial atención a desempleados, enfermos, discapacitados y personas sin hogar. También pidió perdón oficialmente a pueblos indígenas por los abusos cometidos por la Iglesia desde la época colonial.
Su salud representó un desafío constante. Perdió parte de su pulmón derecho durante su juventud, sufrió extracciones parciales de colon en 2021, experimentó problemas de movilidad que le obligaron a utilizar silla de ruedas frecuentemente y enfrentó recurrentes episodios respiratorios.
El Papa Francisco llegó a los márgenes sociales para ejercer la misericordia cristiana, acariciando sin reparos a personas con deformidades físicas, besando con respeto los tatuajes de supervivientes del Holocausto o invitando a recolectores informales de basura de Argentina a compartir escenario en eventos multitudinarios.
“Siempre nos marginaron pero el Papa Francisco constantemente nos tendió la mano”, reconoció Coqui Vargas, una mujer transgénero cuya comunidad desarrolló una relación especial con el pontífice durante la pandemia.
Su primer viaje papal fue a la pequeña isla de Lampedusa, epicentro entonces de la crisis migratoria europea. Consistentemente eligió visitar naciones empobrecidas donde los cristianos constituían minorías frecuentemente perseguidas, en lugar de privilegiar los tradicionales bastiones del catolicismo mundial.
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