En un giro político que ha despertado intensos debates, el presidente electo Donald Trump anunció la designación de Jon Voight, Mel Gibson y Sylvester Stallone como “embajadores especiales” para la revitalización de Hollywood. A través de Truth Social, Trump declaró que la industria del cine estadounidense necesita recuperar su esplendor, una visión que promete controversia en un sector lleno de matices culturales y políticos.
– Hollywood en la Encrucijada –
Trump argumentó que Hollywood ha perdido su posición de liderazgo global debido a la creciente externalización de producciones a mercados extranjeros. Según el mandatario, esto ha debilitado tanto la economía nacional como la influencia cultural estadounidense. Para él, nombrar a Voight, Gibson y Stallone como embajadores es una forma de reencaminar a la industria hacia su “edad dorada”.
“Queremos devolver el protagonismo a nuestras historias, nuestro talento y nuestra visión creativa. ¡América primero también en el cine!”, escribió Trump en su red social.
– Los Elegidos por Trump –
Jon Voight: Reconocido actor y ganador del Óscar, Voight es un firme defensor de Trump. Ha participado activamente en su campaña política y ha recibido reconocimientos directos del presidente electo, como la Medalla Nacional de las Artes. Su postura conservadora y su apoyo público han cimentado su rol como aliado principal de Trump en la industria del entretenimiento.
Mel Gibson: Figura polémica y talentoso cineasta, Gibson ha expresado su simpatía hacia Trump en repetidas ocasiones. Sin embargo, su historial de comentarios controvertidos ha generado dudas sobre cómo será percibido su papel en esta iniciativa.
Sylvester Stallone: Un ícono del cine estadounidense, Stallone ha cultivado una relación cercana con Trump. Durante las celebraciones de la victoria electoral, Stallone presentó al presidente electo en Mar-a-Lago, destacándolo como un líder que “restaurará la grandeza americana”.
– Reacciones Mixtas en Hollywood –
La designación de estas figuras ha dividido opiniones en la comunidad cinematográfica. Por un lado, hay quienes ven la iniciativa como un intento genuino de impulsar el talento local y revitalizar la economía del cine. Por otro lado, se critica la falta de experiencia específica de los actores para abordar los desafíos estructurales de la industria.
“Es una estrategia política más que una solución práctica”, opinó un productor anónimo. “Trump busca proyectar poder cultural en Hollywood, pero eso no necesariamente se traduce en resultados tangibles”.
– ¿Un Futuro Incierto? –
La falta de claridad sobre las responsabilidades de estos embajadores especiales plantea interrogantes sobre el impacto real de la medida. ¿Serán capaces de generar cambios significativos en una industria compleja y diversa? O bien, ¿su rol será más simbólico que funcional?
Lo cierto es que la jugada de Trump pone nuevamente a Hollywood en el centro de las discusiones políticas, una posición que no es nueva, pero que se ha intensificado en los últimos años.
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