El ataque del martes fue un golpe inesperado de Estados Unidos en aguas internacionales del Caribe contra una embarcación venezolana que, según aseguró Donald Trump personalmente, transportaba drogas con destino a su país. El Pentágono advierte ahora de que no se trata de un … hecho aislado, sino del inicio de una campaña más amplia en la zona. Altos mandos militares confirmaron este miércoles que se prevén nuevas operaciones de este tipo contra organizaciones de narcotráfico que Washington ha designado como terroristas.
Para la Administración Trump, el régimen que domina Venezuela forma parte de la estructura narcoterrorista. Según señaló el presidente Trump en el Despacho Oval durante la visita ayer de una delegación polaca, el objetivo era «una lancha con enormes cantidades de droga»: «Tenemos grabaciones de ellos hablando de cómo la llevaban a EE.UU. para matar a mucha gente». «Todo el mundo lo entiende: se ven las bolsas de droga en el barco que alcanzamos. Otros no harán eso mismo cuando vean lo que pasó», añadió, defendiendo el ataque como medida disuasoria.
Tanto el régimen chavista como los críticos de Trump denuncian que no hay pruebas de que esa barcaza viajara con droga, pero el presidente norteamericano afirma que tiene grabaciones que así lo demuestran. La dictadura de Maduro hasta ha sugerido que el vídeo compartido por Trump podría haber sido fabricado con inteligencia artificial.
Washington insiste en que los despliegues navales y aéreos en la zona tienen carácter permanente y que las fuerzas estadounidenses están listas para repetir golpes similares siempre que detecten embarcaciones sospechosas. La señal, en palabras de Trump y de sus asesores de seguridad, es que el operativo contra el grupo delictivo Tren de Aragua es solo el primero de una serie de ataques en ciernes.
El secretario de Defensa dijo este miércoles que «no se trata únicamente de este ataque», sino del comienzo de una misión de largo plazo en el Caribe. Según Pete Hegseth, «tenemos activos en el aire, en el mar, en barcos, porque esta es una misión mortalmente seria para nosotros, y no se detendrá… con solo este ataque». Por último, lanzó un mensaje directo que vincula las acciones militares con la presión personal sobre el régimen de Maduro: «Nicolás Maduro, mientras considera si quiere seguir siendo un narcotraficante, tiene decisiones pendientes que tomar».
Los lazos del chavismo con el narcotráfico son conocidos por la Fiscalía de EE.UU., por ejemplo, en el caso de los llamados ‘narcosobrinos’, parientes de Cilia Flores, mujer de Maduro, condenados en Nueva York por intentar introducir 800 kilos de cocaína en EE.UU. También en las acusaciones contra altos mandos militares y políticos venezolanos vinculados al llamado cártel de los Soles, señalado por dirigir operaciones de tráfico a gran escala. En 2020, el Departamento de Justicia presentó cargos por narcoterrorismo contra Maduro y varios de sus colaboradores, acusándolos de conspirar junto a las FARC para enviar toneladas de droga a territorio estadounidense.
Estas investigaciones y procesos judiciales han reforzado la acusación de Washington de que el régimen venezolano actúa como un actor central en las redes internacionales de narcotráfico.
Una orden directa
Trump aseguró haber dado personalmente la orden tras recibir el parte del general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto, y difundió un vídeo aéreo en el que la embarcación aparece navegando a gran velocidad antes de estallar en llamas. El Pentágono alegó que se trataba de miembros del Tren de Aragua, calificados como narcoterroristas, y subrayó que no será un hecho aislado, sino el primer movimiento de una operación más amplia ya en marcha.
El Pentágono ha desplegado en las últimas semanas una fuerza considerable en el sur del Caribe con el objetivo de combatir a organizaciones narcotraficantes designadas como terroristas. Este despliegue incluye siete buques de guerra, un submarino de ataque rápido de propulsión nuclear y más de 4.500 marineros y marines. Algunas de esas naves -como el USS San Antonio, USS Iwo Jima y USS Fort Lauderdale- están equipadas con helicópteros y misiles de crucero Tomahawk .
Además, se desplegaron aviones de vigilancia P-8 para operaciones de inteligencia sobre aguas internacionales. Este despliegue se planeó como una estrategia continua, activa durante varios meses, con presencia en espacio aéreo y marítimo internacional, y con capacidad tanto de vigilancia como de lanzar ataques selectivos, según indicaron a ABC fuentes de la Casa Blanca.
El presidente, que afirmó que los tripulantes eran miembros del grupo Tren de Aragua y que once murieron en la operación, dijo que hay una estrategia por parte de la dictadura venezolana para inundar EE.UU. de drogas.
Coincidiendo con esta operación, el secretario de Estado, Marco Rubio, se reunió en México con la presidenta Claudia Sheinbaum, y destacó la «colaboración histórica» con este país en la lucha combate al narcotráfico, informa Milton Merlo. Rubio informó de un acuerdo para crear un grupo conjunto de investigación sobre los precursores químicos utilizados en la producción de fentanilo. Poco antes de llegar, aseguró sobre el ataque en el Caribe: «Esta es una operación antidrogas y vamos a combatir a los cárteles de la droga donde quiera que estén y donde quiera que operen contra los intereses de EE.UU.».