La reunión prevista entre el presidente de Ucrania y el enviado especial del presidente estadounidense, Steve Witkoff, no se llegó a celebrar el pasado miércoles en Turquía. Hay varias versiones que apuntan al fracaso del encuentro en el que se iba a discutir el … nuevo plan de paz de Estados Unidos y Rusia. Según el medio Axios, tanto Witkoff como Zelenski llegaron con propuestas diferentes. Otras fuentes subrayan que el mandatario ucraniano habría pedido la inclusión de los países europeos. Y un funcionario estadounidense destacó que el escándalo de corrupción en el sector energético también había influido en la cancelación del encuentro. Desde este jueves, finalmente, el nuevo plan de paz que los representantes rusos y estadounidenses elaboraron sin contar con el país invadido ya está en la mesa de Zelenski.
En los «próximos días» debería concretarse una conversación telefónica entre los presidentes de Ucrania y Estados Unidos para debatir esta última propuesta, afirman desde la Oficina Presidencial.
No se conoce todavía el contenido íntegro de los 28 puntos recogidos en texto. Pero las partes del documento que ya se hicieron públicas son todavía más desfavorables para Kiev que las propuestas anteriores. «El nuevo plan de paz de EE.UU. empuja a Ucrania hacia la capitulación», titulaba el medio ucraniano ‘The Kyiv Independent’. Una afirmación con la que concuerdan muchas personas en el país.
«Solo hay un plan de paz real: Rusia retira sus tropas de Ucrania, detiene los bombardeos y asume su responsabilidad. Invadieron nuestro país: a quienes hay que detener y presionar son los rusos, no a nosotros», sentenció la líder del partido opositor Golos, Kira Rudik, a través de sus redes sociales.
La respuesta de Ucrania, por el momento, es cauta. Zelenski recibió al secretario del Ejército de EE.UU., Dan Driscoll, el jueves. El alto militar tiene previsto además mantener una reunión con funcionarios rusos en los próximos días. Trump se decantó en esta ocasión por enviar al personal militar en un nuevo intento de activar las conversaciones de paz para poner fin a la invasión a gran escala que se encamina hacia su cuarto aniversario.
Kiev mantiene su actitud constructiva debido a la necesidad de mantener el apoyo militar de Washington y se abre a debatir el plan. «Las partes acordaron trabajar en las disposiciones del plan de manera que se logre un fin justo a la guerra», señala el comunicado publicado por la Oficina del presidente de Ucrania. «Estamos dispuestos ahora, como antes, a trabajar de forma constructiva con Estados Unidos, así como con nuestros socios en Europa y en todo el mundo, para que el resultado sea la paz».
La fórmula que proponen Rusia y EE.UU. sigue cruzando las líneas rojas ante las que se había plantado el Gobierno ucraniano. «No ha habido un diálogo serio ni un intercambio de ideas. Hasta ahora, el proceso se ha limitado a una lista de exigencias a medida que el Kremlin ha transmitido a Dmitriev –enviado de Putin–, y de Dmitriev a Witkoff. Rusia no ha cedido ni una sola vez», señala el analista ucraniano y exoficial del Ejército, Tatarigami en su cuenta de X.
El endurecimiento de las posiciones del Kremlin tiene que ver con los últimos avances rusos en el frente de Donetsk y Zaporiyia, al sur del país. Y todo parece indicar que Washington está dispuesto a explotar la debilidad de Zelenski tras el estallido del escándalo de corrupción en el sector energético que ha salpicado a varios ministros del Gobierno y a empresarios próximos al presidente. Putin busca aprovechar la ocasión para lograr aquello que sus fuerzas armadas no han conquistado: todo el Donbás –conformado por las regiones de Donetsk y Lugansk–. Moscú se compromete a no atacar a Ucrania ni a otros países europeos y dice estar dispuesto a incluirlo en su legislación.
Pago de un ‘alquiler’
La propuesta detalla que Ucrania debe ceder el 30 por ciento de Donetsk bajo su control. Un aérea estratégica con posiciones defensivas clave que darían la ventaja a Rusia para lanzar futuros ataques más al oeste. Según información de ‘The Telegraph’, Trump habría propuesto a Rusia pagar a Ucrania una suerte de alquiler por el control de este territorio cuya «soberanía» quedaría dentro de Ucrania. Este arreglo ayudaría a sortear la legalidad ucraniana, que impide la cesión de partes del Estado.
Los expertos del Instituto para el Estudio de la guerra (ISW, por sus siglas en inglés), consideran en su último informe que «ceder el resto del óblast de Donetsk a Rusia y congelar la línea del frente en el sur de Ucrania favorecería desproporcionadamente a Rusia».
La reducción del tamaño de las Fuerzas Armadas de Ucrania es otra de las exigencias del Kremlin. No está claro cual es el porcentaje total demandado por Rusia, pero hay informaciones que apuntan entre el 40 y el 60 por ciento. Una medida impopular que generaría un amplio descontento dentro de Ucrania.
También estarían prohibidos los despliegues de fuerzas extranjeras en el territorio ucraniano y se restringirían las alianzas internacionales a las que podría adherirse el país invadido. Además, las fuerzas de Kiev se verían obligadas a desprenderse del armamento con capacidad de alcanzar Moscú y San Petersburgo.
Paz o rendición
«Cualquier propuesta que implique la reducción del Ejército no tiene que ver con la paz, sino con la rendición», afirma Bohdan Krotevych, antiguo líder de la Brigada Azov y veterano de guerra. De aceptarse tal medida, Ucrania sería un «país indefenso frente a un Estado revanchista que ha demostrado repetidamente que no se deja disuadir por ningún acuerdo».
Rusia, por otro lado, demanda el reconocimiento del ruso como idioma oficial de Ucrania y un estatus especial a la Iglesia Ortodoxa Rusa. En otras de las disposiciones del documento, señala la agencia Bloomberg, se acuerda la retirada de sanciones contra Moscú y el fin de las investigaciones de los crímenes de guerra.
